ministerio carcelario, probablemente no lo hubiese creído! Pero mi Señor se mueve de
maneras sorprendentes y maravillosas, porque El es soberano y nos usa como valiosos
instrumentos dentro de sus planes, agradándose de eso.
El ministerio carcelario ha dado a mi vida una gran satisfacción, al igual que
a mis hermanas(os) y compañeras(os); somos un grupo de aproximadamente ocho
integrantes: La primera de ellas es Teresita Cárdenas, quién comenzó este ministerio
hace alrededor de 5 años, las demás nos hemos ido integrando al paso del tiempo y
de las necesidades dentro de este ministerio. En este grupo también pertenecen
Magdaleno, Mario, Verónica, Carmen, Esther, Mariana, Maty, Ana Ivonne, y Claudia,
una servidora. Quiero comentar que me siento profundamente afortunada y bendecida
de lo que Dios nos permite realizar en este ministerio.
Conocemos a varias hermanas en la cárcel entregadas a Dios con una lucha
extenuante día a día en su caminar con él Señor. Sin embargo, ellas están tratando
de vencer las dificultades y salir victoriosas con la ayuda y el respaldo de Dios en
sus vidas. Cuando vamos, nos reciben con mucho gusto, contentas y se preparan para
alabar y proclamar el nombre de Dios junto con nosotros.
En este lugar, hay un considerable número de puertas que pasar, y protocolos
oficiales que seguir, propios de la penal para poder llegar al patio femenil donde
nos reunimos. Llegamos a la cárcel alrededor de las 3 de la tarde y nos retiramos
aproximadamente a las 6. Particularmente hay una hermana muy atenta, que casi
siempre nos recibe con algo de comer. En ocasiones prepara gorditas de frijoles o de
mantequilla, y su amor evidente por nosotras y por el Señor, nos llena de gozo y nos
anima a seguir adelante.
Un punto maravilloso es ver como El Señor cada día añade más personas
a la obra. Las que se van integrando, permanecen dentro de las actividades de
este ministerio, creciendo poco a poco y cambiando sus malos hábitos o decisiones
equivocadas. Ellas ahora gozan de mayor paz y tranquilidad (a pesar de las
circunstancias que les toca vivir en ese lugar), por el bienestar de conocer, caminar y
obedecer a Jesús.
Estamos consientes de que todavía hay mucho camino que recorrer dentro de
este ministerio. Si fuera de la cárcel es muy difícil lidiar con las adversidades, dentro
de la penal, es aún más severo y difícil. Sin embargo, las mujeres de la cárcel han
decidido cambiar su estilo de vida, y ahora el Espíritu Santo les ha dado convicción de
pecado, y ganas de salir adelante hacia una nueva oportunidad en su vida.
Hemos acordado cambiar los nombres de las hermanas en este relato ya que
es muy importante, el derecho a su privacidad. Les quiero comentar acerca de una
hermana con un testimonio impactante. Su sobre-nombre es “Susana” quién vivía una
vida muy lastimosa de desviación de género. Su aspecto en general era como rudo,
descortés, áspero. Algunos detalles de ella fueron que llevaba su pelo muy corto, casi
rapado de los lados junto con una mohicana rojiza, cejas fruncidas, ropa holgada, y
caminado a la defensiva, como si tuviera ganas de pelear.
Las primeras veces que nos encontramos con Susana, ella lucía oprimida o
dominada por su pareja a pesar de que las dos se congregaban con nostras. Ella no se
sentía bien siempre estaba cabizbaja, distante, deprimida. Pero un día salió su pareja
de la cárcel y fue entonces que escuchó una predicación sobre la homosexualidad.
Gracias al Señor, posteriormente Susana se arrepintió de sus malos pasos, y tomo la
decisión de corregir su vida y guardarse para Dios. Después de casi cuatro meses se
bautizo junto con otras 9 hermanas, y en noviembre salió libre del penal. No cabe duda
que este tipo de testimonios son grandiosos y vale la pena compartirlos.
Hermano!, o hermana! si tú ya nos han ayudado y bendecido con ropa, suéteres,
zapatos, ropa interior, o hasta comida para las hermanas de la cárcel, te podemos
asegurar que ellas están orando por ti, y te lo agradecen grandemente.
Finalmente, la Primera Iglesia Bautista de Puerto Vallarta, en tu
representación, también hace llegar a la cárcel por medio de nosotros, papel de
baño, toallas femeninas, champo, pequeños jabones, chocolates y paletitas entre
otras cosas más gracias a tu colaboración. Gracias y nos vemos pronto con un nuevo
testimonio o relato dentro del ministerio carcelario.
ATENTAMENTE
Hermana Claudia Palacios
“Dios Te Bendiga”